​MEDELLÍN

 

La 33 es un espacio lleno de vida tanto en el día y en la noche, pero cuando oscurece toma una dinámica distinta, llegan a sus calles personas de todas las clases sociales, de todas las tribus urbanas a compartir en una misma viá, sus suños, ambiones y costumbres. Es un lugar en el que no se discrimina a nadie, en el que gays, transexuales, metaleros,  afros, costeños, paisa y caleños hacen de un espacio púbico, su casa, un lugar de encuentro y compartir.

 

Una noche salí a recorrer sus calles  de la avenida 33, a simple vista me pude dar cuenta de la diversidad que sale a sus calles buscando alternativas para divertirse,  seguí caminando y llegué a la reconocida "cuadra gay", me encontré con todo tipo de personajes desde la pareja de esposas llena de vitalidad y que salen para divertirse como jóvenes de 20, hasta los jóvenes con estilo americano que resaltan en medio de la multitud.

 

Seguí caminando y me llamó la atención  una multitud de afridescendientes  que hacian fila para entrar  a  un bar, me acerqué y pude hablar con uno de ellos, un negro con la mejor personalidad de todas, me contó que iba casi cada ocho días a este sitio, que le encantaba la música, el ambiente pero sobre todo el hecho de poder compartir un rato agradable con sus amigos y novia, " los suyos".

 

Antes de esta noche me parecía increíble que en un sólo lugar se pudieran encontrar y vivir tantas dinámicas sociales, compartir con personas tan distintas entre ellas, pero sobretodo que se pueda dar un verdadero intercambio cultural por el compartir con los otros, esto es la 33, un lugar de integración y encuentro multicultura y racial.